España no asistirá a la toma de protesta de Claudia Sheinbaum por exclusión del rey Felipe VI

En un inesperado giro diplomático, el Gobierno de España ha anunciado que no enviará a ningún representante oficial a la ceremonia de toma de protesta de Claudia Sheinbaum Pardo, presidenta electa de México, que se llevará a cabo el próximo 1 de octubre en la Ciudad de México. Esta decisión llega después de que se confirmara la exclusión del rey Felipe VI de la lista de invitados al evento, lo cual ha generado tensiones entre ambas naciones.


La respuesta de Sheinbaum: «Mañana les explico»

Sheinbaum Pardo, al ser abordada por medios de comunicación a la salida de su casa de transición, se limitó a señalar que el miércoles haría pública una carta explicando su postura ante la decisión de España. «Mañana les explico, porque tiene su chiste. Mañana tempranito (…) No hay ningún problema», declaró, insinuando que la situación tiene matices más profundos.

El comunicado anunciado por Sheinbaum Pardo fue publicado a primera hora de esta mañana en la red social X de la presidenta electa. En dicho comunicado, Sheinbaum Pardo subraya el motivo de la no invitación del Jefe de Estado español: la reticencia de este a responder favorablemente a la misiva de López Obrador en 2019 para que España reconociera y se disculpara por los, a su entender, agravios causados por ese país hace quinientos años. Así, debido a reivindicaciones centenarias sobre el papel de la corona española en la Nueva España de Hernán Cortés, hoy el gobierno mexicano supedita sus relaciones diplomáticas y socioeconómicas del s. XXI con España a que los descendientes de los monarcas de entonces pidan una disculpa a los pueblos indígenas de hoy.

 

 

La postura de España: «Inaceptable exclusión del Rey»

El malestar del Gobierno español surgió tras considerar inaceptable que el Rey Felipe VI no fuera invitado personalmente a la ceremonia, un gesto que, en términos diplomáticos, es considerado una falta de cortesía hacia el jefe de Estado. En un comunicado emitido por el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación de España, se expresó de manera categórica la postura del gobierno: «El Gobierno de España considera inaceptable la exclusión de S.M. el Rey de la invitación a la toma de posesión de la presidenta electa de México. Por este motivo, el Gobierno de España ha decidido no participar en dicha toma de posesión a ningún nivel».

El rechazo de España a participar en la ceremonia de Sheinbaum refleja el deterioro en las relaciones diplomáticas entre ambos países, tensadas desde que en 2022 el presidente Andrés Manuel López Obrador declaró una «pausa» en las relaciones con la nación europea. Este conflicto se originó por la insistencia de López Obrador en que España se disculpara con los pueblos indígenas por los abusos cometidos durante la Conquista y la Colonia, un gesto que no ha sido aceptado por el gobierno español.

Tensiones diplomáticas acumuladas

La falta de invitación directa al monarca español ha sido vista como una extensión de las tensiones que se vienen acumulando en los últimos años. En 2022, López Obrador afirmó que las relaciones con España debían «pausarse» hasta que se ofreciera una disculpa formal por los agravios históricos. Aunque esta solicitud ha sido apoyada por Sheinbaum Pardo, la presidenta electa también ha reconocido la importancia de mantener abiertas las relaciones diplomáticas entre ambos países. «Es necesario insistir en la disculpa, pero sin romper la comunicación», ha declarado en anteriores ocasiones.

Este incidente ocurre en un contexto en el que otros líderes internacionales también han declinado asistir a la toma de protesta. El presidente de Rusia, Vladimir Putin, por ejemplo, confirmó que no estará presente en la ceremonia, aunque anunció que enviará un representante en su lugar.

Implicaciones para el futuro de las relaciones México-España

El hecho de que España haya decidido no participar en la toma de posesión de Sheinbaum Pardo puede ser visto como un reflejo del complejo panorama diplomático que enfrentará la nueva mandataria. Si bien la exclusión del rey Felipe VI es el detonante inmediato, las tensiones entre ambos países ya estaban presentes debido a la política exterior de López Obrador. Esto podría marcar un precedente en las relaciones futuras entre ambas naciones, especialmente en temas de cooperación bilateral.

En cualquier caso, la decisión de España es un recordatorio de los delicados equilibrios que Sheinbaum Pardo deberá gestionar en su mandato. La presidenta electa ha mostrado una postura diplomática más conciliadora que su predecesor, pero las fricciones históricas, como la solicitud de disculpa, siguen siendo un tema que puede dificultar la normalización de las relaciones.

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