Una imagen capturada recientemente en una transitada calle de Los Ángeles muestra a una madre acompañada de sus cuatro pequeños pidiendo limosna, tras verse obligada a mantenerse así tras la deportación forzosa del padre de familia por agentes de inmigración. El retrato refleja el crudo efecto Trump: familias completas desplazadas, con adultos e infantes en la calle, requiriendo el apoyo de extraños para sobrevivir.
Según numerosos reportes, la administración del presidente Donald Trump –quien ha recuperado el poder– ha impulsado redadas migratorias y deportaciones masivas en zonas santuario como Los Ángeles, reforzadas con el despliegue de la Guardia Nacional y miles de agentes federales.
Testigos, señalan que el padre, fue arrestado en su lugar de trabajo hace semanas y posteriormente deportado a su país de origen. Su familia todavía no logra reponerse: no cuentan con un sostén económico, no tienen techo y sobreviven gracias a la caridad pública.
Las protestas por estas operaciones no han cesado: activistas y líderes latinos han denunciado el endurecimiento de políticas migratorias, calificadas como “abuso injustificado de poder” y “terror psicológico” contra los inmigrantes.
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